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Donosiña
31 de marzo de 2016
A Coruña

O 7 de abril de 1920 estréase no Teatro Jofre de Ferrol a peza teatral Donosiña de Jaime Quintanilla, inédita até 1997 cando a Biblioteca-Arquivo Teatral Francisco Pillado Mayor da Universidade da Coruña publica unha edición con notas e estudo introdutorio da profesora Laura Tato Fontaíña.


Donosiña, drama en tres autos e un prólogo, de Jaime Quintanilla, estreouse no Teatro Jofre de Ferrol, o 7 de abril de 1920, dirixida e interpretada, no papel principal masculino (Andrés), polo propio autor, e no papel protagonista feminino (Madanela) por Pilar Suárez. Tal e como expón a profesora Laura Tato Fontaíña, membro do Grupo ILLA, no artigo "Mulleres e teatro", o sector máis conservador da sociedade ferrolá acolleuna cunha reacción moi virulenta, reflectida na prensa local:

 

Anoche tocole el turno al drama trágico Donosiña del inteligente médico y culto polígrafo, D. Jaime Quintanilla, cuyo talento es de tal modo expansivo que sobre el antipático tema del adulterio, con las agravantes de robo de la honra y de la hacienda del burlado amigo, ha edificado una artística obra de impecable forma literaria, vistiendo un fondo harto escabroso. Decíanle a Luis XIV sus cortesanos cuando les mostraba algunos versos detestables: "Vuestra Majestad tiene tal poder, que cuando se propone hacer malos versos, lo consigue." Parodiando estas palabras y sin asomo de adulación, puede decirse del Sr. Quintanilla: Es tal el vigor de su genio y tal la exuberancia de su fantasía, que acierta a engastar un tema repulsivo en una joya valiosa.
Imaginaos un cuerpo putrefacto encerrado en rico sarcófago, en preciado mausoleo: el estuche es la obra del artista; el cuerpo se lo proporciona la materialidad de los hechos en la vida real; y como el sarcófago es de sutil transparencia, no puede admirarse la belleza del mismo sin condenarse a la contemplación de la gusanera que en el interior se retuerce convulsionada por la fiebre libidinosa de la carne en fermentación.
He aquí, en compendiosa síntesis, la impresión producida en el espírito ante el drama del Sr. Quintanilla: admirable factura, detestable asunto. (Un espectador 1920).

 

Pola contra, foi moi celebrada polo público e pola Irmandade da Fala da Coruña. Así o expresa Antón Villar Ponte, integrante da Irmandade da Fala da Coruña, nun artigo publicado en La Voz de Galicia o 23 de xuño de 1920, con motivo da estrea na cidade herculina:     

 

La obra gallega que va estrenarse…
El próximo viernes, según leí en este y otros periódicos locales, tendrá lugar el estreno en La Coruña de la obra de Jaime Quintanilla, que se denomina “Donosiña”.
No vais a creer en mis palabras. Y nada puede extrañarme, porque vivimos en unos tiempos de hiperbolismo y de adjetivación realmente desorientadores para el público. Sin embargo, yo os digo, poniendo en los puntos de la pluma una honrada sinceridad, que “Donosiña” no es una de tantas obras, ni una obra buena, siquiera, sino la concepción feliz de un cerebro privilegiado. No hay en ella el más pequeño titubeo de principiante, ni en la forma ni en el fondo. El desarrollo de la fábula está hecho de manera magistral. Y la fábula, una fábula de amor, audaz e interesantísima, que culmina en desgarrante tragedia, tiene una fuerza pasional tan intensa que nos recuerda el “calor creacionista” de […] y de Echegaray.
“Donosiña” es obra escrita en gallego: pero la anécdota que le sirve de trama, igualmente que en nuestra tierra, puede ocurrir en cualquier otra. Y yo auguro que esta tragedia, donde el elemento cómico bien ponderado no falta a su debido tiempo, para que así resulte en un todo reflejo fiel de la vida corriente, no tardará mucho en verse traducida al castellano y en ser representada por las primeras compañías de verso, de España.
La acción de “Donosiña” se desenvuelve en un ambiente aristocrático. Los personajes de la fábula son personas cultas y mundanas.
Y lo que dicen y lo que hacen, está tan bien dicho y tan bien hecho, que tengo por descontado que Berstein, el más hábil de los dramaturgos contemporáneos, no vacilaría en suscribirlo sin desdoro. Porque en “Donosiña” hay una gran habilidad de desarrollo; pero hay mucho más que esto, todavía: hay un aliento de misterio, de inquietud, evocador de lo desconocido, perfectamente maeterlinckniano, que, a nuestro juicio, pocos podrían superar.
…He cumplido con un deber, llamando la atención de los lectores hacia esta nueva obra del teatro gallego, digna de ser juzgada por un público inteligente, y que el próximo viernes subirá a la escena en el “Rosalía”. A los que piensen que existe hipérbole y parcialismo en mis palabras, no hago sino emplazarlos por breves horas. Mi honradez literaria tengo la seguridad de que quedará patente, después que “Donosiña” sea estrenada en La Coruña.
                                                                                                                          A. Villar Ponte